DOI: https://doi.org/10.23857/fipcaec.v5i5.347

 

La identidad cultural de los manabitas, representada en monumentos y esculturas, ubicados en los espacios públicos de una ciudad

 

The cultural identity of the manabitas, represented in monuments and sculptures, located in the public spaces of a city

 

A identidade cultural dos manabitas, representada em monumentos e esculturas, localizados nos espaços públicos de uma cidade

 

Leonardo Moreira-Delgado 1

leomodel3@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-3493-1976

 

 

Correspondencia: leomodel3@gmail.com

 

 

 

* Recepción: 27/07/ 2020    * Aceptación: 30/08/ 2020   *Publicación: 28/09/ 2020

 

1.        Diploma Superior en Educacion Universitaria por Competencias, Doctor en Ciencias Pedagogicas, Especialista en Teoria y Metodologia de la Comunicación, Licenciado en Ciencias de la Comunicacion Social, Profesor de la Facultad de Comunicación y ex Vicerrector de la Universidad Laica Eeloy Alfaro de Manabí, Manta, Ecuador.


Resumen      

Esta propuesta de investigación determina en qué medida los monumentos y esculturas, ubicados en los espacios públicos de la ciudad Manta, provincia de Manabí, se ve representada la identidad cultural de sus habitantes.

En la vida cotidiana de esta ciudad puerto ecuatoriano, ubicado a orillas del pacífico, uno de los lugares de encuentros y de relaciones entre el poder político y la ciudadanía, se expresan en las calles, las plazas, los parques, debido a que existen diversidades de espacios simbólicos y sociales.

Esta realidad requiere ser analizada con un enfoque histórico, ya que su bien patrimonial, puede considerarse significativo en la vida de la urbe, no sólo por tener valores civiles o artísticos notables, sino también por expresar ideas de reivindicación social para su población.

Este diseño metodológico, responde a un diagnóstico de características cualitativas y cuantitativas, descrita mediante la observación y constatación física y conceptual del objeto de estudio, a fin de contribuir con resultados analíticos, elevar la conciencia cívica y el respeto de los volares históricos de esta población.  

Palabras claves: Monumento; espacios públicos; cultura; identidad; representación social.

 

Abstract

This research proposal determines the extent to which the monuments and sculptures, located in the public spaces of the city of Manta, province of Manabí, represent the cultural identity of its inhabitants.

In the daily life of this Ecuadorian port city, located on the shores of the Pacific, one of the meeting places and relationships between political power and citizenship, are expressed in the streets, squares, parks, because there are diversities of symbolic and social spaces.

This reality needs to be analyzed with a historical focus, since its patrimonial asset can be considered significant in the life of the city, not only because it has remarkable civil or artistic values, but also for expressing ideas of social demand for its population.

This methodological design responds to a diagnosis of qualitative and quantitative characteristics, described by observation and physical and conceptual verification of the object of study, in order to contribute with analytical results, raise civic awareness and respect the historical volares of this population.

Keywords: Monument; Public spaces; culture; identity; social representation.

 

Resumo                                         

Esta proposta de pesquisa determina em que medida os monumentos e esculturas, localizados em espaços públicos da cidade de Manta, província de Manabí, são representados pela identidade cultural de seus habitantes.

No cotidiano desta cidade portuária equatoriana, situada na orla do Pacífico, um dos lugares de encontros e relações entre o poder político e a cidadania, elas se expressam nas ruas, praças e parques, pela diversidade. espaços simbólicos e sociais.

Esta realidade necessita ser analisada com um enfoque histórico, visto que o seu patrimônio pode ser considerado significativo na vida da cidade, não só por possuir valores civis ou artísticos marcantes, mas também por expressar ideias de demanda social para sua população.

Este desenho metodológico responde a um diagnóstico de características qualitativas e quantitativas, descritas através da observação e verificação física e conceitual do objeto de estudo, de forma a contribuir com resultados analíticos, sensibilizar a cidadania e respeitar as questões históricas desta população. .

Palavras-chave: Monument; Espaços públicos; cultura; identidade; representação social.

 

Introducción

La “Cultura e identidad de los manabitas como representación a través de los monumentos y esculturas ubicados en los espacios públicos de Manta”, trata de determinar si los monumentos y esculturas ubicados en los espacios públicos del cantón Manta, representan, y en qué medida (cuantitativa y cualitativamente) la identidad cultural de los manabitas, para generar un sentido de pertenencia en su población.

El escenario donde se realizó este trabajo es la ciudad de Manta, ubicada en la República de Ecuador, pertenece como uno de los 22 cantones a la provincia de Manabí, desde su fundación el 2 de marzo de 1534, y cantonización el 4 de noviembre de 1922.  Tiene una extensión de 309 km  y sus límites son: Al norte y oeste con el Océano Pacífico, al sur con el cantón Montecristi y al este con los cantones Montecristi y Jaramijó. Su población es de 241. 428 habitantes, según el último censo del INEC al año 2010.

Mediante un croquis, previamente diseñado, teniendo como fuente de información primaria la geografía urbana de Manta, se determinaron las áreas donde están ubicados los monumentos en relación al espacio público. Las más comunes son redondeles, parterres, portales, pasos peatonales, plazas y parques, lugares de exhibición de esculturas y monumentos.

Luego de la planificación  de este trabajo, en función de la referencia bibliográfica, fuente de medios de comunicación y testimonios de ciudadanos, se  empezó in situ, ubicando la dirección exacta de los lugares, tomando fotos e imágenes, luego de observar el estado físico en que se encontraban; después se visitaron  bibliotecas, departamentos municipales, dependencias en algunas instituciones, a los descendientes y  herederos de los personajes, para conocer los antecedentes históricos y, de esta manera, contar con los suficientes elementos de la investigación.

Esta investigación empezó con un estudio tipo exploratorio descriptivo y encontró que no se ha realizado investigaciones en torno a los monumentos y esculturas, ubicados en los espacios públicos, como representación cultural de la identidad.

El objetivo general fue determinar si los monumentos y esculturas ubicados en los espacios públicos del cantón Manta, representan la identidad cultural de los manabitas, y en qué medida, para generar un sentido de pertenencia, orgullo y dignidad de su población.

La hipótesis general, guía de esta investigación fue ¿Representan la identidad cultural de los manabitas, los monumentos y esculturas ubicados en los espacios públicos del cantón Manta?”.

Definida la metodología, se procedió a planificar el trabajo de campo, mediante las técnicas de observación y entrevista, se codificaron y decodificaron las expresiones y representaciones de los objetos de estudio. Es decir, los monumentos, sus referencias y significados.

Para ello, se elaboraron matrices de elementos y enunciados que determinaron el objeto de estudio: los monumentos (cuantitativo) y las concepciones identificadas con la identidad cultural de los manabitas (cualitativos), para aplicar el análisis referencial entre la representación de los monumentos (representación) y la idea cultural de identidad (expresión).

El modelo que fundamenta epistemológicamente esta investigación se inscribe dentro de la teoría funcionalista de la comunicación, porque caracteriza un enfoque empirista, que preconiza las ventajas del trabajo de campo, ya que “su sistema social no puede ser analizado desde un punto de vista estático, sino que también debe encontrarse su función, para su estudio dinámico”.

Esta teoría está asociada al pensamiento de Émile Durkheim (1895) y, más recientemente, a Talcott Parsons. “El funcionalismo es una teoría sociológica, que pretende explicar los fenómenos sociales por la función que ejercen las instituciones en la sociedad”. En este caso, la función de los monumentos dentro de la sociedad mantense utiliza para su comprensión, los elementos que forman parte de las características de los objetos de estudio.

Amparados en esta premisa, para efecto de sustentar y demostrar los resultados epistemológicos de este trabajo, hemos tomado “El modelo dialéctico de la comunicación”, de Martin Serrano (1997). El modelo establece los fundamentos epistemológicos, de que “a toda representación corresponde una expresión y a cada expresión corresponde una representación, de acuerdo a los modelos culturales de cada comunidad”.

Partiendo de esta teoría, el modelo es adaptable a los sistemas de comunicación, sistema de referencia y sistema social, teniendo como eje transversal la mediación cultural, en cuyo análisis cuantitativo y cualitativo, describe los objetos de estudio, mediante los elementos funcionales: representación/expresión, bajo las siguientes concepciones:

Sistema de Comunicación (SC): Constituye las características expresadas por los objetos de estudios, para el respectivo análisis cuantitativo y cualitativo.

Sistema de referencia (SR): Constituye el significado cultural de la identidad manabita en su imaginario colectivo.

Sistema Social (SS): Constituye la representación histórica y el valor tradicional de los monumentos para la sociedad mantense.

El sistema de comunicación (sc) comprende el objeto de estudio, constituyen los monumentos; el sistema de referencia (sr) se refiere al significado de la identidad cultural manabita y el sistema social (ss) a la representación histórica y el valor tradicional de los monumentos.

Mediación cultural (MC): Constituye el eje transversal del conjunto de elementos y rasgos antropológicos y culturales que definen la identidad, las tradiciones, los valores, la idiosincrasia y las creencias, que fundamentan los sentimientos para generar un sentido de pertenencia, orgullo y dignidad de la población manabita. De este modo queda claro en qué sentido la cultura es la fuente de la identidad. Esta identidad cultural, constituida en identidad social, implica una "toma de conciencia" del ser y deber ser manabita, descritas y expuestas en los tres componentes del modelo (SC, SR, SS).

Para determinar cuáles son los monumentos objeto del universo de estudio, qué representa el gentilicio manabita, hubo de definir cuál es el perfil más fidedigno que corresponde a la identidad de los manabitas, en función de las aportaciones teóricas y estudios antropológicos realizados por varios autores. En uno de los capítulos se expone bajo qué concepción de identidad partimos para conocer en qué medida los monumentos representan la identidad cultural de los manabitas.

Las características históricas de la ciudad de Manta, como de tantas otras, se va construyendo en espacios públicos. Las relaciones entre los habitantes; y, entre el poder y la ciudadanía, se materializan y se expresan en sus acciones sociales y culturales, que se cultivan en las calles, las plazas, los parques y los lugares de encuentro ciudadano.

Para una mejor comprensión los monumentos se clasificaron en: Personajes, Temáticos, Cívicos, Simbólicos, Objetuales, Religiosos, Institucionales y Animales: Los tipos de esculturas que identifican a los monumentos son: Bustos, Estatuas, Efigies, Obeliscos, Pedestales. Los materiales y técnicas tradicionales, que frecuentemente se encontraron en los monumentos y esculturas fueron en: Arcilla, piedra, mármol, arenisca, alabastro, granito, hierro, soldadura eléctrica y autógena, plásticos, acero, concreto y madera.

Si tenemos en cuenta que, un importante sector de la población carece de información, por ignorancia y/o por carecer de promoción en esta temática, este trabajo también aportará con una función didáctica y pedagógica. De la misma manera, como guía turística permitirá la difusión de monumentos y esculturas, con la exhibición de las imágenes estéticas, ornamentales y simbología que representan el arte y técnica patrimonial.

De los 40 monumentos y obras escultóricas que existen en Manta y constituyen el universo de estudio, determinó que solo 14 representan la identidad cultural de los manabitas, lo cual significa aproximadamente el 33%, considerando que se identifican mediante su estética, atuendos y simbolismo con los elementos y características de la forma de ser, de trabajar, de recreación, esparcimiento cultural, manera de comportamiento social y cultural y del pensamiento de los habitantes manabitas, sobre su entorno y razón de ser en esta vida.

 

Diagnóstico histórico y cultural del objeto de estudio

Haciendo referencia al Diccionario Ilustrado de la Lengua Española ARISTOS, este define el término “Monumento”, como: “obra escultórica o arquitectónica conmemorativa. Objeto o documento de utilidad histórica. Sepulcro, sarcófago y especialmente el túmulo o altar que el Jueves Santo se forma en las iglesias”. La palabra monumento se deriva del vocablo latino monumentum, sustantivo neutro cuyo significado es mostrar, enseñar y también recordar. Tanto en las lenguas modernas como en el latín, la palabra significa: todo lo que recuerda algo, lo que perpetúa un recuerdo. Objeto o documento de utilidad para la historia y la memoria colectiva.

Herrera (2004) afirma que: “La importancia de los monumentos, íconos de referencia de hechos, que contribuyeron a formar la actual sociedad, son iconos de imaginarios colectivos, por lo tanto, son agentes en la construcción de la nacionalidad. Recuerdos que se convierten en enseñanzas constantes para nuevas generaciones de ciudadanos”.(p.11)

Riegl (1987) señala: “El monumento, en sentido primitivo, obra realizada por la mano humana y creadas con el fin específico de mantener hazañas o destinos individuales (o conjunto de estos), siempre vivos en la conciencia venidera.”.(p.23). Además, Riegl (1987) agrega a su concepto: “Obra de arte humana apreciable por el tacto, la vista o el oído que muestra un valor artístico y monumento histórico es todo y cada una de las obras que poseen un valor histórico (…). Valor histórico es todo lo que ha existido y ya no existe’’.(p.23).

Estamos hablando en este caso de una escultura “urbana”, porque se encuentran en la calle y no en un espacio cerrado.  También denominada “ornamental”, por su carácter de adorno en el medio urbano e igualmente “pública” por su accesibilidad a todo tipo de público que se encuentra con ella y no restringida a un ámbito privado. Esta denominación guía el concepto de escultura urbana, para englobar a todas aquellas tallas, bustos o monumentos que encontramos en calles, avenidas, parques o plazas de la ciudad de Manta, y adornan a la misma.

En resumen, se alega que los monumentos son historias que permanecen en el presente, pero forman parte del pasado. Una forma de reproducción simbólica. Personajes o hechos distinguidos y significativos, se materializan con el fin de perenniza en la ciudad, para los ciudadanos y las próximas generaciones.

 

Inventario descriptivo del campo de estudios

El resultado del inventario del universo de estudio encontrado en Manta corresponde a cuarenta monumentos. Para efecto de la comprensión y orientación de este trabajo, lo hemos agrupado de acuerdo a la siguiente clasificación: Personajes, Temáticos, Simbólicos, Objetuales y Animales.

Existen veinticuatro monumentos dedicados a algún personaje y nombre de trascendencia para Manta. Luego tenemos cinco monumentos a los objetos materiales de uso público. Seguidamente existen seis monumentos que representan el simbolismo, cinco que se refieren a temas de mucho significado para el pueblo, y finalmente uno dedicado a la nobleza del animal.

Giusti (2002) se refiere a los monumentos como: “Las esculturas urbanas, son testimonios culturales que se ofrecen de manera simultánea y de forma involuntaria y automática a las masas (…). y permiten que su enorme potencial comunicativo llegue a los ciudadanos de forma generalizada”.(párr.7).

Los tipos de esculturas que se identificaron fueron: Bustos, Estatuas, Efigies, Obeliscos, Pedestales. Los materiales y técnicas tradicionales que más se usan y frecuentemente se encontraron en los monumentos y esculturas son en: Arcilla, piedra, mármol, arenisca, alabastro, granito, hierro, soldadura eléctrica y autógena, plásticos, acero, concreto y madera.

Cabe indicar que antes del 16 de abril del año 2016, día en que un terremoto afecto la infraestructura urbana de Manta, especialmente en la denominada “Zona Cero”, en la parroquia Tarqui, existían algunos monumentos que por secuela de este fenómeno natural están en reparación, en mantenimiento y otros por ser reubicados. 

Los monumentos que tenemos en Manta y que representan a personajes históricos, son en el campo cívico, político, poético literario, artísticos, educadores, periodísticos, comerciales, industriales, religioso, sociales, familiares, héroes militares, etc.

 

Materiales y técnicas utilizadas

Entre los materiales más usados en la construcción de los monumentos en Manta, tenemos: Arcilla, piedra, hierro, madera y concreto.

PORCENTAJES: Bustos=13; Estatuas= 19; Efigies= 2; Obeliscos= 2; Pedestales= 7 y Esculturas= 7.

Los monumentos que representan a personajes históricos, en el campo cívico, político, poético literario, artístico, educadores, periodístico, comerciales, industriales, religioso, sociales, familiares, héroes militares.

 

Estructura metodológica del proceso de investigación

Esta investigación empezó con un estudio tipo exploratorio. Hernández & Fernández & Baptista (2006) afirma que: “Los estudios exploratorios son como realizar un viaje a un sitio desconocido”.(p.101). De acuerdo a la revisión de literatura preliminar, se encontró que no se ha realizado investigaciones en torno a los monumentos y esculturas, ubicados en los espacios públicos, como representación cultural de la identidad.

Hernández & Fernández & Baptista (2006) afirma que: “Los estudios exploratorios se realizan cuando el objetivo es examinar un tema o problema de investigación poco estudiado (…)... si deseamos indagar temas y áreas desde nuevas perspectivas”.(p.100).

Luego de identificar los elementos, actores y contenidos, que intervienen en el proceso, el estudio cambió la mirada explorativa a tipo descriptiva. Hernández, et ál (2006) señala: “Los estudios descriptivos sirven para analizar cómo es, y cómo se manifiesta un fenómeno y sus componentes”.(p.166)

 “Los estudios descriptivos buscan especificar las propiedades, características, y los perfiles de los monumentos”, a fin de determinar si la identidad plena de llamarse "manabita", de un estado de ánimo, de un sentimiento del "yo”, fue transformándose en un símbolo de identidad personal, en una conciencia sociocultural, en una experiencia comunicativa, o es un auto reconocimiento del "ser" y del "deber ser" del habitante de la provincia de Manabí.

Los datos obtenidos fueron analizados, sistematizados y confrontado, con la finalidad de describir las características generales de los monumentos y a la vez generar conclusiones generales. Hernández (2006) señala que: “El enfoque cualitativo utiliza la recolección de datos sin medición numérica para descubrir o afinar preguntas de investigación en el proceso de investigación”.(p.8)..

Se considera que el enfoque de este estudio es netamente de carácter cualitativo y cuantitativo, por el tipo de información que se recolectó. Las fuentes de los datos obtenidos fueron mediante entrevistas a historiadores, funcionarios públicos y familiares descendientes de los personajes. Hernández, (2006) señala que: “Las investigaciones cualitativas se fundamentan más en un proceso inductivo (explorar y describir y luego generar perspectivas teóricas). Van de lo general a lo particular” (p.8).

 

Fundamentación del modelo representación de identidad

La construcción de identidades es “un fenómeno que surge de la dialéctica entre el individuo y la sociedad”. (Berger, p. l. y Luckman, T. 1988). Las identidades se construyen a través de un proceso de individualización por los propios actores para los que son fuentes de sentido y aunque se puedan originar en las instituciones dominantes, sólo lo son si los actores sociales las interiorizan y sobre esto último construyen su sentido.

Amparados en esta premisa, para efecto de sustentar y demostrar los resultados epistemológicos de este trabajo, hemos tomado “El modelo dialéctico de la comunicación”, de Martin Serrano, (1997).

El modelo establece los fundamentos epistemológicos, de que “a toda representación corresponde una expresión y a cada expresión corresponde una representación, de acuerdo con los modelos culturales de cada comunidad”, en función de las categorías teóricas y analíticas previamente establecidas, la condición de la cultura, de las identidades sociales y de la memoria en las franjas fronterizas de la razón.

Siendo el análisis interpretativo en dos vías (expresión-comunicación/comunicación-expresión), los monumentos, como figuras estéticas y ornamentales, se constituyen en el objeto de estudio de lo que representan y su significado histórico y cultural en lo que expresan. Y de otro lado, también los monumentos a la vez se constituyen en expresión de figuras estéticas y ornamentales y así representan el significado histórico y cultural.

Para la aplicación de este, se realiza sobre el objeto de estudio, la codificación y decodificación sobre las expresiones y representaciones, es decir sobre los monumentos y sus significados, referenciadas mediante la observación in situ preparada para la adquisición de los resultados específicos.

En la teoría de la comunicación, el código es el elemento integrante de un sistema comunicativo, que le da forma o que cifra al mensaje que pretende ser transmitido.  La Codificación es un sistema mediante el cual nos ayuda a interpretar los signos.

Se codificaron a los monumentos por sus características estéticas y ornamentales predeterminadas y se descodificaron por su representación y significado histórico y cultural, transformando las imágenes visuales en entidades conceptuales.

El autor expone este modelo de la siguiente manera: los sistemas comunicativos (SC) en los que participan seres humanos, están abiertos al sistema social (SS) además de estarlo al sistema de referencia (SR). Esta interdependencia (SC, SR, SS) es un criterio específico para plantear los estudios sociales de la comunicación.

En este caso, el sistema de comunicación (SC) comprende el objeto de estudio, que constituyen los monumentos; el sistema de referencia (SR) se refiere al significado de la identidad cultural manabita y el sistema social (SS) a la representación histórica y el valor tradicional de los monumentos.

Se describe esta condición, no en términos de una supuesta "hibridación cultural", sino de la presencia e interacción entre actores sociales, portadores de culturas de diferente origen; no en términos de "desterritorialización", sino de "multiterritorialidad". Se concluye afirmando que las franjas fronterizas, lejos de ser el lugar de la desmemoria y del olvido, es el lugar de la reactivación permanente de las memorias fuertes y de la lucha contra el olvido de los orígenes.

El modelo dialéctico de la comunicación, que ha creado Manuel Martín Serrano, relaciona el campo de los estudios sociales de la comunicación, tanto con el universo de las representaciones del mundo, como de las prácticas culturales, sin caer ni en el determinismo ni en el idealismo. Se concluye afirmando que las franjas fronterizas, lejos de ser el lugar de la desmemoria y del olvido, es el lugar de la reactivación permanente de las memorias fuertes y de la lucha contra el olvido de los orígenes.

Para ello, se elaboró un repertorio de elementos y enunciados, que determinó el objeto de estudio: los monumentos (cuantitativo) y las concepciones identificadas con la identidad cultural de los manabitas (cualitativos), para aplicar el análisis referencial entre la representación de los monumentos (representación) y la idea cultural de identidad (expresión).

Desde este punto de vista, esta propuesta da cuenta de las relaciones existentes entre los respectivos componentes de cada sistema, cuyos elementos, características y requisitos, hará posible comprender el funcionamiento epistemológico de los mismos, teniendo como eje transversal y mediación social la cultura.

 

Representación gráfica del modelo espistemológico

 


Gráfica 1: Modelo espistemológico

 

Constan los tres sistemas, con los mismos niveles y pesos epistemológicos, relacionados entre sí y mediado por la cultura, como eje transversal y fuente de la identidad manabita.

Como todo planteamiento dialéctico, este se caracteriza por determinadas preocupaciones teóricas y praxeológicas: “Intenta dar cuenta de las relaciones que se establecen entre las bases materiales, que hacen posible la comunicación (infraestructura), la organización de esas bases materiales reflejo de la organización social que se sirve de ellas (estructura) y el modelo cultural, axiológico e ideológico que se articula con ella (supraestructura)”

Teoría y proceso investigativo, sobre la acción práctica, son los dos sentidos más usados alrededor del concepto praxeología. “En todo caso, la praxeología supone siempre un proceso de reflexividad y es una metodología que busca estudiar la estructura lógica de la acción humana (praxis), teniendo como resultado un análisis empírico y un discurso crítico”.

Básicamente, podríamos decir que el proceso de comprensión consiste en aislar, identificar y unir de forma coherente unos datos externos, con los datos de que disponemos. En este caso, se trata de la temática que nos ocupa: observado, interpretando, organizando y valorando, de manera sistemática.

Entendemos por creación mental, un proceso por el que, partiendo de ciertos datos aportados por una imagen, el perceptor crea su propio mensaje de acuerdo a su nivel cultural de entendimiento. Para ello es necesario dar un significado a los datos que recibimos, la diferencia estribará en los medios y los datos que tendremos que manipular para poder llegar a lo más objetivo.

Martín Serrano señala que, como conclusión de estos análisis, la comunicación aporta datos de referencia para que se susciten representaciones generales (acciónales, cognitivas o intencionales); esas representaciones, para que sean eficaces a la hora de identificar los objetos de referencia y de pautar la interacción entre los agentes, tienen que ser completas; es decir, deben de contener un modelo dotado de sentido.

Cuando la comunicación no aporta los datos suficientes, para actualizar un modelo o para crearlo, o cuando no permite que se le asigne una organización a los datos, otras fuentes de información no comunicativas (obtenidas del conocimiento previo, de la reflexión, de la observación o de la acción) vienen a aportar, con error o acierto, los elementos necesarios para que el modelo de representación sea efectivo.

 

Teoría en la cual se inscribe esta investigación y el modelo epistemológico

El modelo que fundamenta epistemológicamente esta investigación, se inscribe dentro de la teoría funcionalista de la comunicación, porque caracteriza un enfoque empirista, que preconiza las ventajas del trabajo de campo. “Su sistema social no puede ser analizado desde un punto de vista estático, sino que también debe encontrarse su función, para su estudio dinámico. Llegando así a un análisis estructural-funcional”.

Esta teoría está asociada a Émile Durkheim y, más recientemente, a Talcott Parsons. El funcionalismo es una teoría sociológica, que pretende explicar los fenómenos sociales por la función que ejercen las instituciones en la sociedad. En este caso la función de los monumentos dentro de la sociedad mantense, utilizando para su comprensión los elementos que forman parte de las características de los objetos de estudios.

El Funcionalismo considera la vida mental y el comportamiento en términos de adaptación activa al ambiente por parte de la persona. Es decir, “si un cambio social particular promueve un equilibrio armonioso, se considera funcional; si rompe el equilibrio, es disfuncional; y si no tiene efectos, es no funcional”.

Partiendo de esta teoría, el modelo funciona mediante los elementos de comunicación, de referencia y social, en cuyo análisis cuantitativo y cualitativo, describe los objetos de estudio mediante los elementos funcionales: representación/expresión.

La teoría funcionalista se enfoca al estudio de los efectos de los medios, “tomando como base a sus principales autores y destacando de sus teorías los elementos que ayuden a comprender los medios, con relación a la sociedad, tanto desde su punto de vista individual como global”.

Lo que caracteriza al funcionalismo es que, para encontrar constantes en todas las sociedades y elaborar un conjunto de leyes generales que le den una teoría científica o un conjunto interrelacionado de leyes, elabora una serie de problemas funcionales comunes a toda sociedad, con el supuesto que bajo la apariencia de una gran diversidad de conductas, se ocultan los mismos problemas humanos.

 

Proceso metodológico que da cuenta el modelo

Con el marco de las concepciones determinadas, los datos obtenidos fueron analizados, evaluados y sistematizados (expresión y representación / representación y expresión), con la finalidad de describir las características de los monumentos, en comparación con las concepciones de la identidad cultural del manabita.

El proceso de investigación prosiguió, con la observación de las características generales de los monumentos, paralelamente se realizaban las entrevistas a ciudadanos, previamente focalizados, para recoger sus testimonios e ir construyendo y definiendo la redacción  y contenido literario de este trabajo.

Para ello se elaboró un repertorio de elementos y enunciados, que determinó el objeto de estudio (cuantitativo) y las concepciones identificadas con la identidad cultural de los manabitas (cualitativos), para aplicar el análisis descriptivo referencial entre la representación de los monumentos y la expresión de la identidad.

En esta línea, el presente trabajo buscó profundizar, en la comprensión de los elementos y características de los monumentos, en las construcciones simbólicas de los personajes, con el objeto de determinar cuáles de ellos inciden en la construcción de su estructura identitaria y de su percepción estética. Utilizando un enfoque cualitativo, se privilegió el análisis de testimonios verbales y escritos y de capturas fotográficas, para acceder a la significación que los sujetos hacen de su entorno objetivo y subjetivo.

La aplicación de esta metodología dio como resultado la identificación tanto de elementos variables como funcionales, asociados a la identidad y la identificación de una percepción del perfil del habitante manabita, significada por parte de los ciudadanos sobre su vida cultural, social y política.

 

Representación de los elementos y las concepciones del modelo

Sistema de Comunicación (SC): Constituye las características expresadas por los objetos de estudios, para el respectivo análisis cuantitativo y cualitativo.

Giusti (2002) se refiere a los monumentos como: “Las esculturas urbanas, son testimonios culturales que se ofrecen de manera simultánea y de forma involuntaria y automática a las masas (…). y permiten que su enorme potencial comunicativo llegue a los ciudadanos de forma generalizada”.(párr.7).

Sistema de referencia (SR): Constituye el significado cultural de la identidad manabita en su imaginario colectivo.

Al decir de Martín Serrano, en su obra “Epistemología y análisis de la referencia”, la representación, en el campo de la comunicación, “actúa organizando un conjunto de datos de referencia, proporcionados por el producto comunicativo, en un modelo que posee algún sentido para el usuario de esa representación y pueden diferenciarse según su uso”.

Sistema Social (SS): Constituye la representación histórica y el valor tradicional de los monumentos para la sociedad mantense.

Esta identidad cultural constituida en identidad social implica una "toma de conciencia" del ser y deber ser manabita. Estamos ante un "hecho objetivo" y demostrable. Para Andrea Minaguano (2014), antropóloga del INPC, la identidad del manabita es fácil de reconocer, ya que la distinguen como una cultura llamativa, un pueblo fuerte y de muchas tradiciones.  

Mediación cultural (MC): Constituye el eje transversal del conjunto de elementos y rasgos antropológicos y culturales,  que definen la identidad, las tradiciones, los valores, la idiosincrasia y las creencias, que fundamentan los sentimientos, para generar un sentido de pertenencia, orgullo y dignidad de la población manabita.

 


Gráfica 2: Identidad Manabita

 

El manabita tiene su propia identidad

En esta urdimbre regional, objetivamente, las características del entorno geográfico influyen para que el manabita tenga su propio modo de ser, producir y sentir. Las características propias del manabita de ser libres, insurgentes, trabajadores y generosos, les viene desde sus ancestros.

De mis experiencias y observaciones, señala Joselías Sánchez, “a lo largo de varios años recorriendo Manabí, he sacado algunas conclusiones que justifican las diversidades locales siendo al mismo tiempo, fuente y fortaleza del modo de ser y del modo de pensar del habitante provincial. Este arraigo, esta querencia, este modo de pensar, de sentir y de obrar como manabita, a lo largo del tiempo en este espacio geográfico ha ido configurado esta identidad cultural y esta ideología manabita”.

         El manabita de la zona sur continúa manteniendo los rasgos étnicos característicos de sus ascendientes de los pueblos aborígenes, quienes “declararon ser hombres libres y no querer cautivarse, y no pagarían tributos, aunque les corten el pescuezo, porque el Rey les había dado su libertad.”

         El manabita de la zona central, de mediana estatura, piel clara con matices de amarillo, más comunicativo y menos introvertido aprovechó la presencia de sus pocos ríos para explotar la tierra con sembríos de ciclo corto en propiedades pequeñas manteniendo una economía familiar que durante muchos años aportó poco al mercado de consumo.

         El manabita de la zona norte, de mayor estatura que los dos anteriores es más robusto y extrovertido. Se identifica con la vastedad de sus campos donde abunda el agua y el pasto que alientan la ganadería y la agricultura para el gran mercado como las frutas, cacao y plátano.

         Rasgos propios del mulato se encuentran en el manabita de la costa norte, migrador permanente, alegre y trabajador; su actividad económica la comparte entre la agricultura y la pesca. Por naturaleza mantiene sus principios de libertad y autonomía, cualidades demostradas a lo largo de la historia manabita.

         Una relación profunda con la naturaleza que se expresa en su amor por la tierra, las plantas, las flores, los animales. Se percibe, incluso en las migraciones, dado que el campesino manabita cuando emigra busca el campo y ejerce allí su arraigo nativo trabajando la tierra con el mismo ímpetu de su montuvismo manabita.

         Una relación solidaria con los demás, condición que siente y vive en todas las instancias de su vida: familia, fiestas, juegos, vecinos. En el manabita migrante es notoria esta actitud que, en el entorno local se subyace en lo cotidiano.

         Honesto y por correlación amante de la paz, trabajador y libre, cualidades implícitas en su naturaleza humana aprehendidas del entorno campesino – costero y familiar.

         Al considerarse libre ha configurado un alto concepto de su dignidad personal que vincula estrechamente con su terruño desde donde converge su “querencia” por la tierra y la familia donde la madre y luego la mujer ocupan un lugar preferencial.

         Pero, por oposición, sus tragedias son el resultado de esta confrontación. La tierra: “querencia” y economía; la mujer: dignidad y familia son los principales de su justicia por propia mano y/o de la venganza que se hereda como patrimonio de padres a hijos.

         La mujer, muy femenina y agraciada, comparte su buen gusto en el vestir con su espíritu de trabajo. Es un culto al hogar y a la familia.

         La familia manabita, unida e íntegra es casi siempre numerosa y reúne, como ninguna otra en el país, a abuelos, cónyuges de sus hijos y a veces hasta comparte la casa familiar con niños de otras familias de escasos recursos.

         Un culto especial por los antepasados que se refleja en sus velorios y apegos profundos a cementerios, que se mediatiza en recuerdos como patrimonios de familia que van trasmitiéndose de generación en generación para mantener la tradición y la identificación familiar.

         Católico en su mayoría comparte su religiosidad con el sincretismo de sus celebraciones festivas como las de San Pedro y San Pablo, las fiestas patronales de recintos, parroquias y cabeceras cantones, los chigualos, etc.

         Se califica como de pensamiento liberal para identificarse con su héroe manabita Eloy Alfaro y así mantiene su carácter de ser libre, insurgente y trabajador como características sociológicas de su propio modo de ser.

La diversidad del manabita es otro poderoso argumento de su identidad regional porque en ella encuentra la razón de su propio modo de ser.

Vinculados poderosamente con su hábitat, recinto, parroquia o cantón por ser la tierra de la “querencia”, de la familia, del nacimiento, del amor y de muerte, el manabita crea su primera identidad: Familia-tierra.

La familia tiene pasado, recursos, apellidos, tierra; la tierra tiene historia. Familia y tierra van generando esa “querencia”, única y especial que se trasluce en mitos, leyendas, historias e identificaciones.

         Eminentemente localista, identifica su arraigo con la tierra de su heredad de manera tal que, en el interior de su territorio la fortaleza de su identidad es cantonal para diferenciarse de los otros, aunque al salir de la provincia, se enorgullezca e identifique como manabita.

 

Resultados de la representación de la identidad manabita

En este capítulo exponemos bajo qué concepción de identidad, es que vamos a partir para conocer en qué medida los monumentos representan la identidad cultural de los manabitas. Se estableció un perfil de las características e identidad de la personalidad autóctona del manabita, en función de las aportaciones teóricas y estudios antropológicos y culturales, realizados por varios autores, entre los que se destacan Joselías Sánchez, Dario Moreira, Andrea Minaguano, Guy Rocher y Jaime Ficher.

En una primera aproximación, la identidad está relacionada con la idea que tenemos acerca de quiénes somos y quiénes son los otros, es decir, con la representación que tenemos de nosotros mismos en relación con los demás. Implica, por tanto, hacer comparaciones entre las gentes para encontrar semejanzas y diferencias. Cuando creemos encontrar semejanzas entre las personas, inferimos que comparten una misma identidad que las distinguen de otras personas que no nos parecen similares.

Pero aquí se presenta la pregunta crucial: ¿qué es lo que distingue a las personas y a los grupos de otras personas y otros grupos? La respuesta sólo puede ser: la cultura. En efecto, lo que nos distingue es la cultura que compartimos con los demás a través de nuestras pertenencias sociales, y el conjunto de rasgos culturales particularizantes que nos definen como individuos únicos, singulares e irrepetibles.

En otras palabras, los materiales con los cuales construimos nuestra identidad para distinguirnos de los demás son siempre materiales culturales. "Para desarrollar sus identidades —dice el sociólogo británico Stephen Frosh (1999) — la gente echa mano de recursos culturales disponibles en sus redes sociales inmediatas y en la sociedad como un todo". De este modo queda claro en qué sentido la cultura es la fuente de la identidad.

Como hemos señalado, la estructura de este diseño metodológico respondió a la información que se obtuvo, de características cualitativas y cuantitativas, mediante la observación y descripción del objeto de estudio, de modo que se facilitó contar con resultados descriptivos y analíticos.

Los datos obtenidos fueron analizados, sistematizados y confrontado (expresión y representación / representación y expresión), con la finalidad de describir las características de los monumentos y las concepciones de la identidad cultural del manabita.

Se exploró y describió la información, a partir de la recolección de datos, que surgieron de las observaciones y entrevistas, orientados a diferentes niveles de aspectos relacionados con el nombre y razón social de la pieza escultora, autor de la obra,  localización geográfica, materiales y tipo de esculturas, significado histórico y cultural, y el año en  que se construyó.

Como repertorio del análisis de la identidad de los manabitas, se consideraron dos grandes enfoques. “Uno referente a la antropología cultural que lo aborda como un proceso subjetivo. Otro, referente a la filosofía latinoamericana que la concibe como un hecho objetivo”. Sus rasgos ornamentales corresponden a su forma estética y su carácter antropológico a su pensamiento y forma de ser en lo social y cultural.

El Sistema de Comunicación (SC): que se constituyó en referencia de los objetos de estudio, para el respectivo análisis cuantitativo y cualitativo.

En este sistema las características que se describieron fueron las siguientes:

         La clasificación de los perfiles de los monumentos correspondió a: Personajes, Temáticos, Simbólicos, Objetuales y Animales.

Los tipos de esculturas que identificamos: Bustos, estatuas, efigies, obeliscos, pedestales.   

Los materiales y técnicas tradicionales que frecuentemente se encontraron en los monumentos y esculturas fueron: Arcilla, piedra, mármol, arenisca, alabastro, granito, hierro, soldadura eléctrica y autógena, plásticos, acero, concreto y madera.

El Sistema de referencia (SR): que se constituyó para el significado cultural de la identidad manabita en su imaginario colectivo.

El sistema de objetos de referencia incluye todo aquello a propósito de lo cual cabe comunicar mediante el manejo de datos de referencia. En Este sistema tenemos los siguientes significados, encontrados en el imaginario de los ciudadanos mantenses:

Sistema Social (SS): que se constituyó en el ámbito social y el valor tradicional de los monumentos para la sociedad mantense.

El resultado de la muestra que identificó la identidad cultural de Manabí, fueron 40 monumentos que se exhiben en los lugares públicos de Manta, de los cuales encontramos que solo 14, que representan el 33%, se identifican con la identidad de los manabitas y mantenses, ya sea desde el ámbito histórico, cívico, cultural, educativo, político, de recursos naturales y de creaciones artísticas:

Mediación cultural (MC): Constituye el eje transversal del conjunto de elementos y rasgos antropológicos y culturales. 

Para justificar y fundamentar la importancia epistemológica de la mediación cultural, como un elemento y eje transversal del modelo, en una primera aproximación, se determinó que la mayoría de mantenses tienen clara la idea de su identidad relacionada con las características culturales: de dónde vienen, quiénes son y quiénes forman parte de su entorno de convivencia social y cultural (tradiciones, costumbres, valores).

Con la representación que tienen de sí mismos, en relación con los demás, implicó hacer diferencias y semejanzas, infiriendo que comparten una misma identidad, que las distinguen de otras personas, que no les parecen similares, partiendo de un repertorio de  variables pendientes e independientes, como el objeto de estudio, los monumento, los espacios públicos, el significado de representación, identidad, cultura y manabitismo.

 

Resultado de las características del perfil manabita

Para efecto de determinar cuáles son los monumentos, objetos del universo de estudios, que representan el gentilicio manabita, primeramente, hubo de definir cuál es el perfil más fidedigno, que corresponde a la identidad de los manabitas. Perfil que se referenció en el proceso descriptivo y analítico, para obtener los resultados cualitativos y cuantitativos de la representación de la identidad de Manabí.

Se consideraron las características culturales y los rasgos antropológicos y filosóficos, desarrollados epistemológicamente por varios autores, cuyas teorías permitieron delimitar el perfil del manabita, que sirvió como referencia para describir y analizar el proceso de identidad en los estudios de los monumentos.

Para este análisis de la concepción de la identidad de los manabitas, se consideraron dos grandes enfoques, propuestos por el profesor Joselías Sánchez (2015) “Uno referente a la antropología cultural que lo aborda como un proceso subjetivo. Otro, referente a la filosofía latinoamericana que la concibe como un hecho objetivo”.

El perfil correspondiente a esta identidad es una simbiosis de “campesino” y “cholo”, cuyas características antropológicas se resumen: el de la zona central, de mediana estatura, piel clara con matices de amarillo, más comunicativo y menos introvertido. El del sur es pequeño, delgado, enjuto, ojos rasgados, nariz aguileña y el del norte, de mayor estatura que los dos anteriores es más robusto y extrovertido.

Las características propias del manabita de ser libres, insurgentes, trabajadores y generosos, les vienen desde sus ancestros. Es decir, sus “maneras de pensar, de sentir y de obrar” se reflejan en esta trilogía sociológica, que cotidianamente percibimos como resultado de los procesos subjetivos y objetivos de la identificación manabita.

Su mayor elemento de identidad universal es el sombrero manabita, porque el 5 de diciembre de 2012, la Unesco declaró como patrimonio inmaterial de la humanidad al tejido de la paja toquilla. Los orígenes de este tejido se ubican en 4.500 años A.C., como lo demuestra Libertad Regalado (2010), citada por Joselías Sánchez,  en su obra “Hebras que Tejieron nuestra Historia”, que sirvió de sustento para la resolución del organismo mundial.

En el arte culinario, la cocina manabita ratifica su personificación. En otras ciudades, el marketing utilizado enfatiza aquello de “comida manabita”. El viche, corviche, ceviche, troliche, dulce de pechiche, greñoso, bollos, empanadas de plátano, tortillas de maíz o yuca, torta de pescado, menestra de haba tierna, cuajada, la tonga o la característica “sal prieta”, comida distintiva, mezcla de maíz tostado y molido con maní y especierías que, a decir de Universi Zambrano Romero (2010), “es como el gentilicio de los manabas”.

Estas maneras de pensar, de sentir y de obrar que implican los valores, modelos de vida y símbolos culturales de los manabitas, incluyen también sus virtudes ancestrales, así como sus conocimientos, ideas, pensamientos, formas de expresión, sentimientos e incluso las acciones objetivas observables, que hemos resumido y detallado.

Resultados de la representación de la identidad manabita, teniendo como objeto de estudio los monumentos, mediante la aplicación del modelo dialéctico de la comunicación, basado en las categorías descriptivas y analíticas: representación/expresión.

Los datos obtenidos fueron analizados, evaluados y sistematizados (expresión y representación / representación y expresión), con la finalidad de describir los atributos y las características de los monumentos, en comparación con las concepciones de la identidad cultural del manabita.

Para ello se elaboró un repertorio de categorías, elementos y enunciados, que determinó el objeto de estudio (cuantitativo) y las concepciones identificadas con la identidad cultural de los manabitas (cualitativos), para aplicar el análisis referencial entre la representación de los monumentos y la expresión de la identidad.

El conjunto de elementos y rasgos antropológicos y culturales los definen como individuos únicos, singulares e irrepetibles y que los distingue de los demás a través de su propia cultura, generando un sentido de pertenencia, orgullo y dignidad en la población.

En ese sentido, las características y rasgos antropológicos subjetivos, determinados para efectos de este análisis comparativo, corresponden a su imagen estética, sus sentimientos espirituales, anímicos y morales. Mientras lo referente a sus características y rasgos filosóficos objetivos, corresponde a su forma de ser social, sus tradiciones, su pensamiento y carácter de vida.

Entre los rasgos de la situación socio económico se identificó a la agricultura, el comercio y los oficios artesanales. Pero su vida, fundamentalmente, está ligada al campo y al mar y a sus recursos. Sus atuendos campesinos consisten en una cotona o camisa ligera, pantalón de tela, sombrero y machete.

Los rasgos de sus elementos patrimoniales, se identificó al sombrero de paja toquilla, que la Unesco declaró como patrimonio inmaterial de la humanidad y el machete, instrumento inseparable en su vida, que simboliza su espíritu de honor y trabajo.

Como rasgos de las tradiciones culturales del manabita, se identificó la comida, mitos y relatos campesinos, versos populares o amor fino, en hospitalidad, casa campesina, ambiente estético, jardines donde destacan el color y el perfume de las flores.

En los rasgos de su riqueza culinaria constan el viche, corviche, ceviche, troliche, dulce de pechiche, greñoso, bollos, empanadas de plátano, tortillas de maíz o yuca, torta de pescado, menestra de haba tierna, cuajada, tonga, “sal prieta”, mezcla de maíz tostado y molido con maní y especierías

En su personalidad destacan sus rasgos ancestrales, como ser libres, insurgentes, trabajadores y generosos con su querencia familiar, religiosa y hospitalaria, de ideales cívicos y pensamiento liberal identificado con su héroe Eloy Alfaro.

Del total de 40 monumentos que se exhiben en los lugares públicos de Manta, encontramos que solo 14, se identifican con la identidad de los manabitas y mantenses, desde los ámbitos de las concepciones históricos, antropológicos, cívicos, culturales, educativos, políticos, religiosos, de recursos naturales, artísticos, simbólicos, de costumbres y su idiosincrasia. Lo cual representa el 33% del total del universo.

 

Monumentos que se identifican con la identidad cultural de Manabí

1.      Desde el ámbito de los orígenes histórico de la población manabita, tenemos en primer lugar “La Silla Manteña”, porque representan las siguientes características y atributos:

Es el símbolo más notable de la cultura manteña, en forma de U. Al parecer, es un elemento de poder e identidad cultural, que fue encontrada en el cerro Jaboncillo, en las excavaciones realizadas en lugares y sitios ceremoniales o asociadas a la estructura de piedra o las ruinas de los templos. Tallada en andesitas, es un símbolo que lo utiliza el Municipio de Manta, el Museo del Banco Central, y otras instituciones, para la promoción de sus valores culturales. Descripción de las sillas:

El símbolo de los Mantas o Manteño del Norte tiene forma de fachada humana, las orejas son grandes, chatas pegadas hacia la cabeza. Las manos cerradas con el pulgar sobre el índice en la parte superior. El asiento en forma de U. descansa sobre un bloque macizo de regular altura que se asemeja a una pirámide truncada. La silla es de ligero color plomizo, una banda sobre la frente rodea la cabeza. 

Se han encontrado dos modelos diferentes: Figura humana encogida y figura humana encorvada. -

2.      Desde el ámbito de recursos naturales y subsistencia de vida de los habitantes de este territorio, tenemos los monumentos en homenaje al “Pescador” y al “Atún”, porque representan las siguientes características y atributos:

Monumento “El Pescador”, simboliza la labor cotidiana de la pesca, la actividad de trabajo más importante de los mantenses, una tradición ancestral y tarea muy dura,  pero loable de los llamados “cholos” y “hombres del mar”. Construido en cemento y hormigón, trabajado con la técnica de cemento y yeso.

El Alcalde del cantón Manta de ese entonces, Dr. Alberto Cantos, en su periodo de los año 1981-1984,  consideró que el puerto  de Manta necesitaba un  personaje que representara al pescador, reuniendo las características que  lo  distinguen  consignándose también   mayor  amor y  dedicación a su trabajo, de allí la trascendencia de este monumento.

 

Monumento al “Atún”, producto de mayor actividad industrial y comercial de Manabí, en homenaje a la mayor actividad productiva de desarrollo socio económico de los mantenses, como es la pesca del atún, crustáceo en el cual se sustenta el más alto porcentaje de la economía de los mantenses.

El monumento de 12 metros de altura consta de tres botes de piedra escollera en una base, una lata de atún con la frase “Manta Capital del atún” y atún de las especies “yellow Fin”, 9, 20 metros de largo por 4 metros de ancho, el proyecto tuvo una duración aproximada de un año y medio y la construcción de la obra de 20 días.

3.      Desde el ámbito del simbolismo de la población manabita, tenemos los monumentos de “El Faro” y “El Reloj”, porque representan las siguientes características y atributos:

Monumento “EL Faro”, construido en el punto más alto de la ciudad, a principios de siglo cuando el mar llegaba hasta donde hoy se encuentra, calle 13 y av. 2, representa la historia de las faenas de pesca y el arribo y salida de las embarcaciones de nuestro puerto. Hoy es un rincón urbano en que se refugia la reminiscencia de los mantenses.

Es una reliquia sin funcionamiento, como lo fue antaño, pues servía de guía a todas las embarcaciones, misma que llegaban al puerto, donde la luz del faro y el recuerdo del encargado de encender todas las tardes la lámpara de queroseno y la apagaba al nacer el alba, hasta que fue reemplazado por el sistema de gas y en los últimos años de luz.  El florido lugar con su privilegiada ubicación es un mirador apacible y delicioso, lo que queda hoy.

El Reloj Público es catalogado con un monumento histórico para Manta, fue inaugurado en el año de 1987, donado por el gobierno alemán a la embajada ecuatoriana en año 1918. Sus dimensiones, magnitud y diámetros son: de sus lados. 2 x 4 metros de alto. Hasta finales de la década de los años 80, estuvo ubicado en el antiguo edificio de la Aduana, en el centro de la ciudad.

Actualmente el Reloj se encuentra ubicado en una torre de 10 metros de alto, funciona por medio de cuerda. Al demolerse el edificio de la antigua Aduana permaneció desaparecido, reapareciendo y el Museo del Banco Central lo recuperó y lo restauró en el año de 1987.

4.      Desde el ámbito del ideal cívico y patriótico de la población manabita, tenemos el Monumento en homenaje al General “Eloy Alfaro”, porque representan las siguientes características y atributos:

El General Eloy Alfaro Delgado, representa el mayor referente de la dignidad y la lucha cívica y patriótica de los de ciudadano. Sus monumentos florecen en el parque, en la Plaza Cívica, en el Colegio “5 de Junio” y en la Universidad que lleva su nombre como patrono.

La insigne figura del General Eloy Alfaro, héroe nacional de todos los tiempos, que hizo la única transformación social en el país, con la revolución del 5 de junio de 1895, primeramente se apreció a medio busto, a una altura de dos metros aproximadamente,  en un pedestal de hormigón localizado la avenida 2 y calle 11, en  el centro de Manta.

En la Plaza Cívica de Manta se encuentra otro monumento donde Eloy Alfaro sostiene el machete en alto, como símbolo de la rebeldía manabita.  En los patios del Colegio 5 de Junio de Manta, existe un busto con las manos levantadas, en una, la espada.

No obstante, se considera que el  más grande e importante  monumento hecho  a Alfaro en la historia ecuatoriana, es la Universidad Laica “Eloy Alfaro” de Manabí, no solamente por su infraestructura, sino porque es un centro en donde  se está  formando  una nueva generación  con mentes patrióticas, con fundamentos éticos, como lo ha visionado su Rector fundador, el Dr. Medardo Mora Solórzano. “La revolución montonera” se observa en el concreto, en el hierro. Es una obra  de la autoría del Escultor Ivo Uquillas, se inauguró el lunes 16 de Julio del  2012. 

5.      Desde el ámbito de la representación política de la población manabita, tenemos los monumentos de tres personajes, que representan las siguientes características y atributos:

Se constituyen en ejemplo de acciones cívicas e iconos de la ciudad, los monumentos en homenaje a los personajes: Ramón Virgilo Azúa, Luis Teodoro Cantos, Sergio Domingo Dueñas y Ascario Paz Bonilla. El monumento “Ascario Paz Bonilla”, representa un ejemplar ciudadano, que luchó por la cantonización de Manta.  El Monumento a “Luis Teodoro cantos”, representa la génesis de la actividad política, en su calidad de primer Presidente del Municipio de Manta, como cantón año 1922. El monumento a “Ramón Virgilio Azúa”,  representa al insigne propulsor de la industria y el comercio, llevo los sombreros de paja toquilla a todas las ciudades del mundo. Se dedicó al fomento de la exportación de  productos manabitas: café, tagua, caucho,  especialmente  algodón. El monumento fue inaugurado en 1987,  mide aproximadamente 2,96 mts.  de altura y 1.20 de ancho, está elaborado de piedra sinterizada, cemento, hierro, granizo,  arena, arcilla.

6.      Desde el ámbito de la educación, como perfiles ideales de educadores, tenemos a los personajes: profesor   Ricardo Dávalos  Miranda,  ubicado en el “Paseo del Banco”,  entre el pasillo de los edificios de la  EAPAM y el correo de Manta;  del Dr. Medardo Mora Solórzano, ex rector de la ULEAM, de la Dra. Maruja Cedeño de Delgado, ex rectora del Colegio Técnico de señoritas Manta y del Dr. Viliulfo Cedeño Sánchez, educador e historiador, ubicados en la denominada “Plaza de la Armada”.

7.      Desde el ámbito artístico y literario, tenemos los monumentos de tres leyendas culturales, que representan las siguientes características y atributos:

Como personajes literarios tenemos los monumentos en homenaje a los hermanos poetas  José María y Miguel Augusto Egas, (Hugo Mayo) y al compositor  Ruperto Mena Triviño, creador de la Música del Himno a Manta. El viernes 12 de mayo del 2006, sus esculturas fueron inauguradas, construidas en piedras y representan las tantas tertulias,  que tuvieron estos personajes con gran sentido humano y social.

El compositor Ruperto Mena Triviño, creador de la Música del Himno a Manta, está representado por una escultura de piedra, que significa la tertulia, la lírica y el pensamiento artístico de la época.  Fue uno de los destacados integrantes de la orquesta “lira mantense”.  Se destacó como  un ciudadano valioso para sus semejantes, además ejercía la profesión de peluquero, que le dio subsistencia de vida diaria, a donde concurrían los más exigentes clientes, por la seriedad y alta calidad de su trabajo.

8.      Desde el ámbito del sentimiento de religiosidad del manabita, tenemos los monumentos, que representan las siguientes características y atributos:

Como personajes religiosos y espirituales tenemos los monumentos a “San Juan Bosco a la Virgen “la Dolorosa”, el Padre Gabriel León y a la “Madre”. Para rendirle homenaje a la abnegación y calidad humana, a la ternura y cariño, y el significado del amor de una madre a su hijo, existe un monumento a este ser maravilloso.

El monumento a San Juan Bosco, es la figura de este gran personaje religioso, dedicado a la enseñanza y ayuda a los demás. “Padre y maestro de la juventud”, patrono de los editores, fundador de los salesianos. Sus grandes amores fundamentan su espiritualidad: La Eucaristía, la Virgen María, la Iglesia, la fidelidad al Santo Padre, la juventud.

El Monumento de la “Virgen La Dolorosa”, ubicada en la Catedral del barrio La Dolorosa, salió del anonimato y se hizo famosa en el mundo, por salir intacta y no haber sido afectada por la infausta caída de un avión, el 24 de octubre de 1997, fiestas del comercio de nuestra ciudad.

9.      Desde el ámbito del registro histórico de los acontecimientos a través de la prensa, tenemos a “Gil Delgado Pinto” Director de Diario El Mercurio, Decano de la Prensa Manabita, el 25 de agosto de 1924, mismo que casi nació con la cantonización de Manta. Es un notable personaje de la historia y el civismo mantense, se caracterizó por su lucha para la ejecución de muchas obras de desarrollo social y cultural.

 

Conclusiones

Como conclusiones generales se obtuvieron las siguientes:

1.      Del 100% del universo de los objetos de estudio, que constituyen todos los monumentos y esculturas que existen en el perímetro urbano de Manta, el estudio cuantitativo y cualitativo determinó que solo el 33% representan a la identidad cultural de los manabitas. El restante 67%, que componen las dos terceras partes, se refieren a temas y asuntos de otras índoles.

2.      El 33% de los monumentos y esculturas, que representan a la identidad cultural de los manabitas, se determinó en función de un perfil de las características antropológicas y culturales, aportado por varios autores, donde se destacan las tradiciones, costumbres ancestrales, lenguajes, atuendos, gastronomías, relación de trabajo, ocio, recreación y situación socio económica de los manabitas.

3.      Con el aporte de este trabajo, en función del método descriptivo analítico y los elementos de expresión/representación, mediante una campaña de difusión, sí es factible que los monumentos y esculturas, ubicados en los espacios públicos del cantón Manta, contribuyan mejorar el nivel de conciencia cívica, el sentido de pertenencia y la identidad en la población, ya que sus imágenes ornamentales representan historia, pesca, educación, civismo, política, fe religiosa y simbolismo cultural de los manabitas. 

4.      Para desarrollar este estudio, se logró elaborar y fundamentar una propuesta epistemológica, bajo la teoría funcionalista y el modelo “dialectico de la Comunicación” con tres componentes (SC/SR/SS), propuesto por Martin Serrano, misma que permitió justificar metodológicamente y alcanzar los resultados previstos con los objetivos planteados, determinando en qué medida, los objetos de estudio representan científica y culturalmente, la identidad de los manabitas.

5.      Se consiguió formular un marco conceptual filosófico y antropológico, mediado como eje transversal por la concepción de identidad cultural, lo más cercano y original a la concepción de la identidad manabita, en cuyo perfil destacan peyorativos como provinciano, montubio, campesino y cholo; y elementos como piel clara con matiz amarillo, sombrero y machete, salprieta y viche, hospitalario y generoso y de pensamiento cívico liberal.

6.      Se encontró que existe un bajo nivel cívico de las autoridades y mayorías de ciudadanos, por practicar un verdadero sentido de pertenencia y defensa de su identidad, a través de los monumentos. La mayoría de las autoridades y un alto porcentaje de la población, tienen un desconocimiento, desinterés y falta de creencia, en que los monumentos le signifiquen algún mejoramiento en el acervo cultural de su vida social.

7.      Fue evidente que no se aprovecha en su totalidad, la imagen ornamental y el significado histórico y cultural de los monumentos y esculturas, para la promoción y exhibición turística o en su efecto para cumplir una función didáctica o pedagógica. La mayoría de los monumentos y esculturas, permanecen invisibilizados, por falta de cuidado, mantenimiento y conservación. Además de ignorarse, en gran porcentaje ciudadano, su importancia histórica, cívica, su significado tradicional y valores costumbristas, que representan para la sociedad.

8.      Con este proyecto de investigación, muy bien se podría empezar, con la construcción de una memoria testimonial de los monumentos, en el ámbito de la educación superior y media, para que opere conjuntamente con el Museo oficial de la ciudad, a fin de que la juventud,  a través de la representación de esa identidad ornamental, espiritual y conceptual, no pierda de vista sus tradiciones culturales y conozca la historia y la vida de sus héroes cívicos, que están representados a través de esta valiosa información cultural.

9.      El objetivo general y los específicos, como la hipótesis, se cumplieron, ya que al término de este trabajo queda elaborado un inventario original, en cuanto a estadística, gráficos y conceptual de los monumentos. De la misma manera, se desvelaron las razones por las cuales se seleccionaron y ubicaron en los lugares geográficos de esta ciudad. Sin duda, esta investigación aportará como guía didáctica al conocimiento histórico, cívico y cultural y contribuirá a fortalecer los valores del manabitismo, elevando el nivel de conciencia social de la población.

 

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